JOYAS ESENCIALES I (El colgante Solitario)

En el mundo de las joyas, como en la literatura, nos encontramos piezas que por su popularidad y versatilidad se convierten en bestsellers atemporales: funcionan bien en cualquier ocasión y en muchos casos acaban siendo esas joyas que uno identifica como esenciales en su tocador.

Estas piezas parecen quedar al margen de las modas, mejor dicho, siempre están de moda y se adaptan como camaleones a cualquier fondo temporal. Hoy empezaremos la serie de Joyas esenciales con el colgante solitario, es decir un colgante que se compone de un diamante con muy poca montura para que resalte la piedra y con una cadenita fina también. Tanto en oro blanco como en oro amarillo resaltan y embellecen el cuello de millones de mujeres en el mundo. No se nos ocurre una situación en la que esta pieza esencial no quede bien, ya sea con boca rusa, con grapas, con balía o sin ella se puede llevar tanto cuando uno está relajándose de fin de semana como en un evento de etiqueta.

A la hora de regalar una joya, un modo de asegurar una buena compra es precisamente confiando en esos “clásicos esenciales” como lo es la pieza de la que hablamos hoy.

Otra ventaja de esta joya, es que se puede llevar sola o combinada con pendientes a juego, pendientes con diamantes del mismo tamaño que el colgante o distintos, ahí ya entra el gusto personal de cada uno y si le gusta que resalten más o menos, tanto el colgante como los pendientes o ambos.

En Joyería Moré, desde el primer día producimos en nuestro taller estos “puntos de luz” como se les llama también, en todas las medidas y formas posibles. Con diamantes de todos los pesos, desde el más pequeño hasta con piedras de tamaños considerables, dependiendo siempre del gusto de quien quiera lucir esta Joya esencial.

 

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